Cuando el agua se ensucia y estropea, una parte de nuestro futuro queda hipotecada
EL AGUA PURA ES UN BIEN
MUY ESCASO
Consigamos que nuestros 4.300.000 niños y jóvenes
sean los defensores del agua pura
EL AGUA PURA ES UN BIEN
MUY ESCASO
La Fundación Aurora tiene como objetivo motivar a toda la sociedad civil, para transmitir nuestra cultura a todos los niños y jóvenes de 7 a 15 años. Ellos serán los que gobernarán nuestros pueblos dentro de treinta años.
Si conseguimos transmitir a todos unos principios éticos básicos y universales, y aportarles un nivel cultural suficiente, serán capaces de revertir los errores que nuestra generación ha cometido y sigue cometiendo.
Uno de los retos más importantes que tiene nuestra sociedad, es recuperar y preservar la calidad del agua, para que el agua pura no se convierta en un bien tan escaso que se perjudique gravemente la salud de la especie Humana.
Este proyecto pretende que concienciemos a nuestros niños y jóvenes sobre la gran importancia de que todos ellos sean defensores del agua pura.
A este fin propondremos que los niños y jóvenes de cada escuela adopten una fuente o parte de un elemento acuático de su municipio, y que periódicamente acudan en compañía de sus maestros a limpiar la zona y retirar las basuras que los incívicos hayan depositado allí.
Seguro que después de haber trabajado un poco, y haberse recuperado con una merienda, regresarán orgullosos a sus casas aleccionando a su familia sobre la necesidad de no ensuciar el agua pura.
Muchas leyendas de la antigüedad nos cuentan que todos los ríos y riachuelos, fuentes y cascadas, lagos y estanques, las frías grutas recorridas por corrientes de agua entre lagos de cristal subterráneos, todos están habitados por seres femeninos.
Estos personajes Inmortales adoptan distintos nombres según la comarca. Así se llaman dones d’aigua, aloges, encantades, paitides o nimfes de llacs en Catalunya. En Occitania se llaman daunas d’ayga, en Alvernia son las danne d’aigüe, en Aragón las moras, en Asturias las xanes, en Euskadi las lamiak, y en Cantabria las anjanas o mozas de agua.
Desde el tiempo de los griegos, todos los pueblos de Europa las mantienen en su patrimonio cultural.
En la Hoz del río Dulce, cerca de la ciudad de Sigüenza, habita desde hace milenios una náyade.
Una bella y antigua leyenda contará a niños y jóvenes que en aquel lugar, hace casi tres mil años un niño celtíbero apacentaba su rebaño. Acompañado por su perro, descansaba cantando bellas canciones.
Los caballos de la diosa Épona ensuciaban el agua, provocando que la náyade enfermara. Molesta, la náyade enseñó al niño los secretos que le permitieron capturar los caballos y domesticarlos.
Esta leyenda recordará a niños y jóvenes el gran valor del agua pura para la salud y conservación de la Naturaleza.
La imagen de esta náyade, dibujada por la artista Carolina Sans, será el símbolo del agua pura, que nos unirá a todos alrededor del objetivo de ser defensores del agua pura.